ITINERARIO
DIA 1 - Partida desde Buenos Aires a las 6pm
Ciudad poliédrica, de gran tradición cultural y con un extraordinario encanto, Buenos Aires representa un extraordinario puzzle cultural que se inspira en las muchas civilizaciones que han dejado su propia huella en esta ciudad, contribuyendo a hacer de ella una de las ciudades más bellas del mundo. Fundada en 1536 por el noble español Pedro de Mendoza, Buenos Aires pasó sus primeros años de vida de una forma particularmente turbulenta. El primer asentamiento colonial fue fuertemente atacado por los nativos de la tribu india Querandí. Fue necesario que pasaran muchos años antes de que los colonos lograran hacerse con un espacio propio: la ciudad, cuya construcción fue iniciada e interrumpida varias veces, volvió a ser fundada en 1580 en la desembocadura del río Paraná. A pesar de los sufridos comienzos, los progresos de Buenos Aires fueron, a decir poco, clamorosos: una vez abandonado el período colonial mediante la declaración de independencia de 1816, la ciudad se presentó a las puertas de siglo XX como la ciudad más dinámica, populosa y rica en oportunidades de toda Sudamérica, atrayendo a miles de emigrantes procedentes de todos los rincones de Europa.
La presencia italiana aumentó con la llegada de numerosas personas que constituyeron una comunidad propia, tal y como sucedió con los franceses, ingleses, alemanes, holandeses y belgas, dando vida, de esta forma, a una ciudad cosmopolita con un extraordinario fervor cultural. En 1929, el arquitecto francés Le Corbusier describe Buenos Aires como un gigantesco conglomerado de insaciable energía. Esta particularidad de la ciudad no sólo se ha mantenido hasta incluso después de que cesara la intensidad de la emigración, sino que ha construido una fisionomía típica de la tradición de Buenos Aires, que sitúa al lado de los distintos barrios de emigrantes de eminente tradición popular, unas estructuras modernas y unos importantísimos puntos de referencia artísticos y culturales.
Igualmente imponente resulta el contexto natural de Buenos Aires: alrededor de la ciudad se extienden la desmesurada grandeza de la pampa y la desembocadura del río Paraná, rebautizado con el nombre de River Plate, que da vida a un estuario de tierra en el que viven once millones de personas, un tercio del número total de habitantes que ocupan todo el país.
Los motivos de interés de Buenos Aires son innumerables: desde los cercanos barrios en los que se han refugiado, en un ambiente casi campestre, los Vips más ricos de la ciudad, hasta aquellos barrios más característicos, como La Boca, en los que no es difícil oírles alguna palabra en genovés a sus habitantes, descendientes, precisamente, de los emigrantes originarios de la región italiana de Liguria, y llamados por ello "zeinexes" (genoveses en dialecto genovés), inscripción que destaca también sobre la camiseta azul-amarilla de los jugadores del Boca Juniors, equipo del barrio que es una de las pasiones deportivas más fuertes de toda la ciudad, hasta el punto de que las casas de todo el barrio están pintadas con esos dos colores.
Dia 2 - Navegación
Dia 3 - Navegación
Dia 4 - Río de Janeiro (Brasil) - Arribo a las 10:00 a.m. - Partida a las 11:59 p.m.
Una postal basta para entender la peculiaridad de esta ciudad, porque mirando a través de la ventanilla del avión o, de manera aún mayor, llegando desde el mar, Río de Janeiro es exactamente tal y como aparece en una fotografía. Un paisaje de cartón piedra, artísticamente modelado por un gran escultor, ubicado entre bahías, conglomerados urbanos que parecen estar juntos por una casualidad fortuita del destino, picos y rocas que dominan la costa con una tranquila consistencia.
Río de Janeiro fue descubierta por un navegante portugués no muy conocido, Gaspar de Lemos, en 1502. Fue él precisamente quien la llamó Río de Janeiro, "el río de enero". Estaba convencido, en efecto, de encontrarse en la desembocadura de un río y, en cambio, esas bahías eran simplemente el diseño de un milagro geológico. Por muy increíble que pueda parecer, los portugueses, al menos al principio, no estuvieron particularmente atraídos por estas playas y por la ciudad que nacía bajo el Corcovado y prefirieron a la más espiritual Salvador.
De esta manera Río pasó de una influencia a otra, formando parte incluso de la hegemonía de franceses y españoles. El control volvió a pasar a manos portuguesas cuando la ciudad empezaba desarrollar una propia fisionomía y los gobernadores de entonces, estamos en el siglo XVI, comenzaron a construir fortines en la costa y en las montañas.
En 150 años levantarían seis fortines de gran importancia para defender aquello que ellos definían como su cofre: en efecto, Río era una especie de Fort Knox del imperio portugués. Era aquí a donde llegaba el oro procedente de unas minas que parecían inagotables para atravesar el mar hacia la costa ibérica. Esto hizo que Río se viera sometida a numerosos ataques por parte de los piratas, uno de los cuales, en 1711, vio cómo prendía fuego gran parte de la ciudad.
Los portugueses fueron expulsados por las poblaciones indígenas, poblaciones con las que muchos europeos decidieron convivir, dando vida a la población mixta y heterogénea que conocemos hoy. Río explotó en el aspecto urbanístico sólo en 1800, momento en el que miles de europeos, alemanes e italianos, además de los habituales portugueses, llegaron hasta aquí buscando fortuna.
En la actualidad, Río cuenta con una población de 11 millones de personas y es la segunda ciudad de Brasil. Su costa se asoma al Atlántico, extendiéndose por más de 320 kilómetros, y cuenta con algunas de las playas más bellas del mundo: Copacabana, Ipanema, Barra. El lujo de los hoteles contrasta con la pobreza de las favelas y ésta es la prueba del gran problema de Río hoy en día: la desigualdad social. Pero esto no impide que la gente de Río busque su propia felicidad, que se conquista, según reza un dicho de la ciudad, con las pequeñas cosas.
Basta una cerveza fría en la playa (aquí la llaman "chopp" y cuesta menos que el agua), un poco de música, algunas horas libres para una carrera en la interminable promenade frente a Copacabana, un buen carnaval y un éxito del propio equipo de fútbol, y el brasileño es el hombre más feliz del mundo. Su estilo de vida es conocido en todo el mundo por su simplicidad esencial y por su alegría de vivir.
Y Río es el símbolo de esta esencia que se traduce en un término: "saudale", la enfermedad que es difícilmente traducible al castellano y que se puede comparar sólo con el término "nostalgia". Después de haber visto Río entenderán de qué sienten tanta nostalgia los habitantes de esta tierra encantada.
Dia 5 - Angra dos Reis (Brasil) - Arribo a las 08:00 a.m. - Partida a las 02:00 p.m.
Angra dos Reis está formada por 365 islas y 2.000 playas, que constituyen un paisaje de una belleza única, en donde la naturaleza, los hombres y las leyendas sorprenden al visitante. Se encuentra en la Costa Verde fluminense, entre los Estados de São Paulo y Río de Janeiro, en los márgenes de la carretera Río-Santos. Pertenece al Estado de Río de Janeiro, el segundo Estado federado brasileño, que cuenta con 15 millones de habitantes y 92 ciudades. Angra dos Reis es una de las regiones que constituyen el punto fuerte del sector turístico para todo el Estado: además, claro está, de Río y de las numerosas localidades de playa que atraen a visitantes del mundo entero. En el pasado, fue uno de los puertos más importantes del litoral fluminense: aquí atracaban los barcos cargados de mercancías procedentes del viejo continente. Pero llegaban también los barcos negreros, con centenares de esclavos para abastecer de mano de obra a las plantaciones de café de la región. Hoy la actividad principal es el turismo nacional e internacional. Entre todas la islas, la Isla Grande es -como su nombre indica- la más amplia de Angra dos Reis con 193 Km² y se la considera un paraíso de la aventura por sus senderos, cascadas y playas desiertas. Durante casi 60 años ha albergado una cárcel, pero ahora sus 86 playas, las ensenadas, los ríos, los lagos, las cascadas, la llanura, los montes y las cumbres ofrecen rincones de extraordinaria belleza. La bahía de la Isla Grande acoge una de las concentraciones más grandes de naufragios del mundo, con lo que es una óptima opción para practicar el buceo. El fondo marino presenta una gran variedad de peces, corales y cavernas que miden entre 10 y 20 metros de altura. Para quienes están por encima de la superficie no faltan ocasiones para el trekking y las marchas a través de una naturaleza incontaminada. En la isla hay también algunos núcleos urbanos como la Vila do Abraão, donde se pueden encontrar restaurantes, pousadas y tiendas de souvenirs. En tierra firme están las playas con más ambiente y más de moda, como la playa grande, u otras más tranquilas, como la playa do Retiro. Merecen una mención especial la playa de Tanguá y las edificaciones históricas como la Ermida do Bonfim (erigida en 1780) y la Escuela Naval. En cuanto al patrimonio cultural y arquitectónico, hay que recordar el Edificio del Paço Municipal y la Fuente de la Chácara da Carioca, la Antigua Casa de la Cámara y la Cárcel, hoy día sede de la Cámara Municipal. La Villa del Murciélago en la Isla Grande, que perteneció al pirata Juan de Lorenzo. En el continente se encuentran también la playa Brava, muy apreciada por los surfistas, y la playa Secreta, totalmente desierta. No muy lejos está Mambucaba, un pueblo histórico que conserva sus antiguas villas. Entre las demás islas señalamos la Isla de los Porcos, las Islas Botinas, la Isla de Itanhangá.
Dia 6 - Navegación
Dia 7 - Punta del Este (Uruguay) - Arribo a las 02:00 p.m. - Partida a las 08:00 p.m.
La ribera uruguaya es una de las atracciones más bellas y divertidas de Sudamérica y en este sentido es sin duda Punta del Este la ciudad mas conocida y famosa en el ámbito turístico. Punta del Este, al igual que Montecarlo o Portofino en el Mediterráneo, es el destino más rico y exclusivo de Uruguay, una de las zonas turísticas más importantes de toda Latinoamérica.
Para darse cuenta de ello es suficiente echar un vistazo al puerto: yates millonarios, vestidos lujosos, joyas, bares exclusivos y boutiques de moda testimonian que la ciudad es un punto de referencia constante y continuo para los Vips latinoamericanos, ya se trate de actores, empresarios o personajes famosos de la política y de la cultura del país
La actividad de la ciudad está relacionada, obviamente, con el turismo más exclusivo y con la vida de los clubs deportivos o culturales, que se cuentan a decenas y que están abiertos indistintamente en todos los periodos del año. Se puede decir que en Punta del Este, tal y como sucede en poquísimas localidades del mundo, no existe lo que se conoce como temporada baja
Clubs de pesca de altura, golf, casino y un entorno altamente residencial hacen de contorno a unos jardines y parques magníficos: obviamente, las casas de quienes han escogido como segunda residencia Punta del Este están totalmente a la altura de tanto lujo y ostentación. Este refinamiento ha estado motivado, evidentemente, por la belleza natural, que hace de Punta del Este uno de los lugares más amados por la gente de Uruguay, que ha hecho de la ciudad y del patrimonio natural y paisajístico que la rodea una realidad a promocionar y a defender
En efecto, son muchos los parques que se encuentran a poca distancia del puerto de Punta del Este: los dos más conocidos y famosos son Isla Gorriti, famosa por las ruinas de la fortaleza del siglo XVIII, e Isla de Lobos, una reserva natural que todos los años se ve abarrotada por centenares de ejemplares de leones marinos, que han constituido aquí una de las más importantes colonias de estos imponentes y divertidos animales.
Dia 8 - Buenos Aires (Argentina) - Arribo a las 09:00 a.m.