Agosto marca el inicio de la Fiesta Nacional de la Pachamama, una celebración arraigada en la cosmovisión andina que honra a la Madre Tierra. Por eso, si buscan una experiencia que combine la riqueza cultural con paisajes que quitan el aliento, el Norte Argentino es tu destino durante esa época del año, en la que historia, naturaleza y tradiciones se entrelazan de forma especial.
Argentina es un crisol de culturas, forjada por siglos de migraciones que han dejado su huella en cada rincón del país. Sin embargo, en la región andina las tradiciones prehispánicas perviven con una fuerza particular. La Pachamama, o Mamapacha, es la deidad central de esta cosmovisión, la encarnación de la tierra y la naturaleza, fuente de vida, prosperidad en el ganado, abundancia en las cosechas y protectora de la fauna silvestre.
Es la gran proveedora, pero también exige reciprocidad: sus devotos le devuelven parte de lo recibido a través de ofrendas. Por eso, durante estas fechas es común ver a los locales depositar en la tierra ollas de barro con comida cocida, bebidas como alcohol y vino, y cigarros, un gesto de gratitud y conexión con la esencia de la vida.
A continuación, te proponemos un recorrido por los pueblos típicos del Norte con información y recomendaciones para visitar esta región en época de festividades. Vas a encontras opciones de paquetes de viaje al Norte, como también de excursiones, tours y actividades en Salta, Jujuy y Tucumán.
Destinos del Norte para viajar en agosto
El culto a la Pachamama se extiende por la región con diversas ofrendas y festividades durante todo el mes de agosto. El punto de partida sugerido para vivir esta experiencia al máximo es Salta. La provincia cuenta con la mejor infraestructura turística de la región, lo que facilita la planificación del viaje.
El clima en agosto en el Norte suele ser seco y templado durante el día, con noches frescas, ideal para recorrer y participar en las actividades al aire libre. La accesibilidad a Salta es buena, con un aeropuerto internacional que conecta con las principales ciudades del país y regiones vecinas.
Desde Salta, una opción para adentrarse en la Puna es el recorrido del Tren a las Nubes, también conocido como Ecotren, cuya reinauguración para estas fechas lo convierte en una alternativa atractiva. Este recorrido permite contemplar la Quebrada del Río Toro, un cañón de formaciones geológicas impresionantes.
El tren se eleva progresivamente, ofreciendo vistas panorámicas que cambian a cada curva, un testimonio de la actividad tectónica que modeló la cordillera andina. La parada final es San Antonio de los Cobres, un pueblo de altura que sirve como centro para explorar las Salinas Grandes, un vasto desierto de sal que abarca 25.000 kilómetros cuadrados. Acá, el contraste entre el blanco deslumbrante de la sal y el azul intenso del cielo es un espectáculo visual. El sol en las Salinas es particularmente fuerte, por lo que es recomendable llevar protección solar y gafas.
Finalmente, el trayecto permite acercarse al icónico Cerro de los Siete Colores, en Purmamarca, cuyas capas geológicas exhiben una paleta de tonalidades que van desde el ocre al verde, producto de millones de años de sedimentación y movimientos geológicos.
Celebraciones en Purmamarca
Pero la experiencia no se limita a los grandes hitos. Los pueblos que salpican esta geografía poseen un encanto y una autenticidad particular. Por ejemplo, el 30 de agosto, Purmamarca se viste de fiesta para homenajear a su Santa Patrona. Por la mañana, un grupo de devotos conocidos como "Los Misachicos" acompaña la imagen de la Virgen, al son de la música de los sikuris, instrumentos de viento andinos que con sus melodías evocan la esencia de la tierra.
La procesión culmina con la degustación de platos regionales como la cazuela de cabrito o el locro, una oportunidad perfecta para conocer la gastronomía local. Pernoctar en Purmamarca permite experimentar la tranquilidad del pueblo al anochecer y continuar el viaje hacia la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta Quebrada, un valle alargado de origen tectónico-fluvial, ha sido un corredor natural para el comercio y la cultura durante milenios.
De Purmamarca a Tilcara
Continuando por la Quebrada se llega a Tilcara, un pueblo que alberga el Museo Arqueológico, un espacio dedicado a la rica historia precolombina de la región. Aquí, se pueden observar utensilios, adornos y vestimentas de las culturas incaicas y pre-incaicas, además de una momia en perfecto estado de conservación, que ofrece una visión de las prácticas funerarias ancestrales.
Los tours en Tilcara suelen incluir visitas al Pucará, una fortaleza precolombina reconstruida, que se asienta en un cerro estratégico y ofrece vistas del valle. El clima en Tilcara es similar al de Purmamarca, con días templados y noches frescas. La conectividad entre estos pueblos es buena, con autobuses regulares que facilitan el desplazamiento.
Quebrada de Humahuaca e Iruya
Un poco más al norte, Humahuaca se presenta como la principal ciudad de la Quebrada. Desde aquí, se abren dos posibilidades para el viajero. Una es desviarse hacia Iruya, un pueblo recóndito en las montañas salteñas, pero administrativamente perteneciente a Jujuy, que deslumbra por su iglesia colonial y sus calles empedradas, aferradas a la ladera de la montaña.
El acceso a Iruya es más desafiante, a través de caminos de cornisa, pero la recompensa es un pueblo donde el tiempo parece haberse detenido. La otra opción es seguir ascendiendo por la Puna jujeña.
Casabindo
En la inmensidad de la Puna, cerca del límite con Bolivia, se encuentra Casabindo, un poblado que cada 15 de agosto celebra el singular "Toreo de la Vincha". En esta festividad, un grupo de bailarines hombres danzan frente a una capilla, para luego quitarle a un toro una vincha adornada con monedas, que es ofrecida a la Virgen. Es una manifestación cultural que fusiona elementos prehispánicos y católicos, mostrando la sincretismo religioso de la región.
Los interesados en la naturaleza pueden dirigirse al Monumento Natural Laguna de los Pozuelos, un espejo de agua salina a gran altitud que alberga una colonia de flamencos rosados y otras 43 especies de avifauna acuática, un ecosistema de importancia global para la conservación de aves migratorias. El clima en la Puna es árido y frío, con una gran amplitud térmica entre el día y la noche, por lo que la vestimenta por capas es esencial.
Mes de la Pachamama en Salta y Tucumán
Para quienes deseen extender la celebración de la Pachamama y explorar otras facetas del Norte, el circuito puede llevarlos hacia el sur y oeste de Salta, abarcando también Tucumán.
Se conoce como Valles Calchaquíes al sistema de valles y quebradas que atraviesa estas dos provincias y también Catamarca. Uno de sus atractivos naturales más elegidos es el Dique Cabra Corral, ideal para la práctica de deportes náuticos como el kayak o el rafting, aprovechando las aguas de deshielo que alimentan este embalse.
La Quebrada de las Conchas, en Salta, es un tramo de la Ruta Nacional 68 que serpentea entre formaciones geológicas de origen sedimentario, esculpidas por el viento y el agua. El Anfiteatro, con su acústica natural, la Garganta del Diablo, una angosta hendidura en la roca, Los Castillos, que evocan fortalezas medievales, y los Médanos, dunas de arena rojiza, son algunas de las paradas obligadas. Estas formaciones son el resultado de millones de años de procesos erosivos y movimientos geológicos que han expuesto estratos de diferentes colores y texturas.
Finalmente, una visita a Cafayate, en Salta, es un deleite para los amantes del vino. Esta ciudad es conocida por sus viñedos de altura, que producen vinos blancos de torrontés con características únicas. El clima seco y la altitud confieren a estas uvas una acidez y un aroma particulares.
Cerca de allí, se encuentran las Ruinas de Quilmes, un asentamiento preincaico de los Quilmes, el pueblo diaguita que resistió la conquista inca y española. El sitio arqueológico ofrece una visión de la organización urbana y social de esta cultura, con sus terrazas agrícolas y sus viviendas de piedra. Un museo in situ, el Museo de la Pachamama, complementa la visita, conservando y produciendo conocimiento sobre la cosmovisión andina y la importancia de la Madre Tierra.
Un poco más al sur, en Tucumán, el poblado de Tafí del Valle, encajado entre montañas, es un refugio de tranquilidad, famoso por sus quesos artesanales y sus paisajes verdes. El clima en los Valles Calchaquíes es variado, con zonas áridas y otras más templadas, dependiendo de la altitud. La conectividad entre estas ciudades se realiza principalmente por rutas asfaltadas, aunque algunos caminos secundarios pueden ser de ripio.