Purmamarca es uno de los pueblos más encantadores de la Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy. Rodeado por el imponente Cerro de los Siete Colores, este rincón mágico parece sacado de un cuadro: las tonalidades de la tierra se funden con tradiciones ancestrales y una cultura viva grabada en su nombre, de origen aymara, que significa "Pueblo de la Tierra Virgen".
Lo primero que destaca de esta ciudad jujeña es la arquitectura de adobe, sus calles empedradas y la Plaza 9 de Julio, su corazón urbano, donde cada mañana se despliega un mercado artesanal. Acá, los tejidos hechos en telar, cerámicas y dulces regionales mantienen vivas tradiciones locales de tiempos prehispánicos que atraen a miles de visitantes cada año.
El centro histórico y la vida de pueblo son parte esencial de cualquier visita a Purmamarca, pero eso no es todo. Las experiencias más apasionantes también se encuentran a los alrededores, donde esperan atractivos naturales y patrimoniales únicos en el mundo. A continuación, vas a encontrar opciones de excursiones en Purmamarca e información sobre los mejores planes para aprovechar al máximo tu viaje. También alternativas de alojamiento y recomendaciones.
Clima de Purmamarca y mejor época para visitar
El clima en Purmamarca es árido y soleado casi todo el año. Sin embargo, las temperaturas varían bastante según la estación debido a la altura.
En primavera (septiembre-noviembre) y otoño (marzo-mayo) las temperaturas son templadas (10°C a 25°C), ideales para caminatas. Los inviernos (junio-agosto) son frescos, con noches frías (hasta -5°C) pero días despejados, perfectos para fotografiar los colores del cerro al amanecer. En verano (diciembre-febrero), las lluvias breves pintan el paisaje con matices más intensos.
Teniendo en cuenta estas condiciones, la mejor época para ir a Purmamarca va a depender de los objetivos del viaje. Los amantes del senderismo y la fotografía van a preferir los meses de abril a octubre, con clima seco y las temperaturas moderadas. Especialmente en junio y julio las noches son muy frías, pero los días son soleados y despejados, perfectos para capturar los colores vibrantes del Cerro de los Siete Colores o explorar el Paseo de los Colorados.
Por otra parte, los meses de enero y febrero son los más animados debido al Carnaval de la Quebrada de Humahuaca, una festividad llena de música, danzas tradicionales y celebraciones que atraen a visitantes de todo el mundo. Sin embargo, las lluvias estivales pueden ser frecuentes, lo que podría dificultar algunas excursiones, aunque también reverdecen el paisaje árido.
La temporada de septiembre a noviembre es ideal para quienes buscan descansar y disfrutar de la tranquilidad del pueblo. Además de clima templado, van a encontrar multitudes menores y paisajes renovados por la primavera. Esta época es la de amaneceres y atardeceres más espectaculares, con tonalidades doradas sobre las montañas.
Planes y actividades que hacer en Purmamarca
Cerro de los Siete Colores en Purmamarca: Jujuy desde la altura
El Cerro de los Siete Colores, formado por sedimentos minerales de más de 75 millones de años, es el gran ícono de Purmamarca. Para admirarlo en todo su esplendor, el Paseo de los Colorados ofrece un recorrido de 3 km entre formaciones rocosas erosionadas en tonos rojizos, ocres y violetas. Pero la aventura no termina ahí: a pocos kilómetros se encuentran las Salinas Grandes, un mar blanco de sal a 3,450 metros de altura, y la Laguna de Guayatayoc, refugio de flamencos rosados y otras aves altoandinas.
Tour por el día de Purmamarca a Salinas Grandes
El recorrido de Purmamarca a Salinas grandes atraviesa la Ruta Nacional 9 hacia la Puna por la Cuesta de Lipán, en un ascenso sinuoso que alcanza los 4.170 metros sobre el nivel del mar. Desde este punto, la vista abarca un paisaje de tonalidades ocres y verdes, donde la vegetación resistente y la fauna adaptada a la aridez revelan la dureza del clima altoandino.
Al descender, el blanco cegador de las Salinas Grandes domina el horizonte: se trata de un mar de sal formado hace millones de años que hoy es trabajado por comunidades locales. Sobre la costra salina, el suelo resquebrajado forma patrones geométricos naturales, mientras que los piletones artificiales reflejan el cielo como espejos.
Sobre esta superficie los artesanos moldean la sal en pequeñas esculturas, una tradición que mezcla utilidad y creatividad. El clima en la Puna es extremo: el sol del mediodía puede ser intenso, pero el viento frío exige abrigo incluso en verano. Tras explorar las salinas, el regreso a Purmamarca permite degustar platos locales, como el charqui de llama, antes de recorrer las calles empedradas del pueblo bajo la sombra del Cerro de los Siete Colores.
Excursión a Iruya desde Purmamarca
La ruta hacia Iruya asciende por la Quebrada de Humahuaca sobre caminos de cornisa que superan los 4.000 metros de altura. En este paisaje de transición entre el desierto y la selva, las laderas montañosas muestran terrazas de cultivo prehispánicas, un sistema agrícola que aún hoy sostiene a las comunidades locales. Estas estructuras son alimentadas por manantiales de altura, al estilo de la adaptación milenaria al terreno agreste.
Al llegar a Iruya, el pueblo parece suspendido en el tiempo: sus casas de adobe encaramadas en la montaña y callejuelas estrechas serpentean entre cerros y la luz del atardecer acentúa los tonos dorados de las paredes. El clima puede ser impredecible: las mañanas suelen ser frescas, pero el sol del mediodía calienta rápidamente, y las nubes pueden aparecer sin aviso.
El regreso a Purmamarca, ya con la luz tenue del crepúsculo, propone una última vista de los valles profundos y quebradas que definen esta región.
¿Qué hacer de noche en Purmamarca?
Un paseo nocturno por la ciudad es siempre un buen plan para conocerla de un modo distinto. Esta experiencia comienza frente a la iglesia de Purmamarca: la Iglesia de Santa Rosa de Lima, construida en 1648, una joya colonial declarada Monumento Histórico Nacional. Sus paredes de adobe y techo de cardón albergan pinturas de la escuela cuzqueña del siglo XVIII. El templo es testimonio de cómo las creencias ancestrales persisten bajo formas sincréticas, como el culto a la Pachamama y los santos patronos.
El clima nocturno en la Quebrada es fresco incluso en verano, y el silencio de las calles empedradas permite escuchar relatos sobre los 10.000 años de ocupación humana en la zona. El recorrido continúa hacia el cementerio, ubicado en una loma con vista al pueblo. Sus tumbas coloridas reflejan una relación con la muerte que se celebra especialmente durante el Día de los Muertos, cuando las ofrendas llenan las sepulturas.
La caminata termina bajo un cielo estrellado, donde la falta de contaminación lumínica revela constelaciones que, para los pueblos originarios, guiaban tanto el camino físico como el espiritual.
Hospedaje en Purmamarca: ¿dónde dormir?
Ubicado a 65 km de San Salvador de Jujuy y 25 km de Tilcara, Purmamarca es accesible por la Ruta Nacional 9. Desde Salta, son unas 3 horas en auto o bus. Aunque muchos visitantes lo exploran en una excursión de día, quedarse a dormir permite vivir su atmósfera mágica al atardecer, cuando el cerro se tiñe de dorado. Las opciones de alojamiento van desde hosterías con encanto rústico hasta casas de adobe reconvertidas en posadas.
La mayor oferta de alojamiento en Purmamarca se concentra en la parte céntrica, con buena conexión a las rutas 9 y 52, así como a los caminos hacia los atractivos turísticos cercanos. Veamos tres opciones de hoteles destacados por sus prestaciones turísticas y servicios de excelencia.
El Refugio de Coquena
Este hotel de estilo rústico integra comodidades modernas con la arquitectura tradicional del norte. Las habitaciones, decoradas con materiales locales, mantienen una temperatura estable gracias a los gruesos muros de adobe, ideal para el clima árido con noches frías y días soleados. El desayuno incluye productos regionales como quesos de cabra y dulces de cayote, preparando a los huéspedes para explorar la zona.
El Refugio de Coquena de Purmamarca cuenta con pileta al aire libre y jardines sombreados por algarrobos, espacios que aprovechan la luz natural sin descuidar la privacidad. Su ubicación estratégica permite acceso rápido a la Ruta Nacional 9, conectando con Purmamarca (15 minutos) y Tilcara (25 minutos).
Hotel Casa de Adobe Purmamarca
El hotel Casa de Adobe combina técnicas constructivas ancestrales con comodidades actuales, como calefacción en las habitaciones, necesaria en invierno cuando las temperaturas nocturnas bajan a 5°C. Las vistas desde las terrazas abarcan el Cerro de los Siete Colores, especialmente fotogénico al amanecer. El restaurante sirve platos como locro y humita en chala, elaborados con ingredientes de huertas cercanas.
La piscina, climatizada en temporada fría, y el spa con masajes andinos ofrecen relax tras recorrer la Quebrada. La conexión Wi-Fi es estable en áreas comunes, aunque intermitente en días de viento fuerte, común en la zona. A 300 metros de la plaza central, el hotel facilita el acceso al mercado artesanal y a las combis que parten hacia Humahuaca o Salinas Grandes.
Hotel Casa de Piedra Purmamarca
Construido con piedra y barro, el Casa de Piedra mantiene frescas las habitaciones en verano y retiene el calor en invierno. Las ventanas panorámicas aprovechan la luz natural mientras enmarcan vistas del Cerro de los Siete Colores, visible desde casi todo Purmamarca. El desayuno incluye pan casero y mermeladas de frutas de altura, como tuna y membrillo.
Ubicado a 10 minutos caminando de la Ruta 52, punto de partida para excursiones a las Salinas Grandes, el hotel ofrece información actualizada sobre horarios de transporte y condiciones climáticas en la Cuesta de Lipán. La recepción 24 horas resuelve necesidades logísticas, como contratar guías locales para trekking o gestionar taxis hacia Jujuy capital (120 km).