Es
probablemente la empanada
legendaria, la del repulgue milimétrico y perfecto. Un local que
tiene décadas de existencia, donde todo parece a medio terminar tampoco tiene
un cartel que lo identifique y vende
alrededor de 2500 empanadas por día los fines de semana.
Otra
característica peculiar es que sólo se venden empanadas y se sirven en platos
de metal.
El negocio
familiar que inició don Cecilio Bravo comenzó
con venta ambulante en la estación de ferrocarril en el año 45, actualmente
lleva tres generaciones, y la misma receta de hace 60 años: se hacen en el día
con masa casera e ingredientes frescos.
Las de carne (picada a cuchillo, con papa,
cebolla verde y un condimento con pimentón de Cachi) son la estrella, el 70% de
los pedidos son de ese sabor. Y como en Salta son muy tradicionales con los
gustos, hay solo dos más: las de queso y se suman las de atún únicamente los fines de semana.
En este
local vas a notar que la gran mayoría de los clientes son salteños y hacen
largas filas los fines de semana, con lo cual siempre es recomendable ir con
tiempo.