La velada comienza con un brindis de vino espumante pét-nat y un fresco tartar de trucha patagónica, una entrada delicada que marca el tono de la noche: ingredientes locales, técnica cuidada y mucha identidad. Después llegan sabores clásicos reinterpretados con estilo propio, vas a aprender a hacer empanadas y chimichurri casero.
Los platos guían al paladar por distintas regiones del país. Hay opciones como buñuelos de acelga, fainá dorada al horno, chorizo artesanal y un sabroso rollito criollo, pensados para compartir, charlar y descubrir. Las carnes, como la entraña grillada o el estofado de cocción lenta, llegan acompañadas de verduras de estación que equilibran la propuesta con frescura y color.
Cada preparación viene acompañada por un vino cuidadosamente seleccionado, que realza texturas, aromas y contrastes. La experiencia está pensada para que cada detalle sume: el ritmo del servicio, el ambiente cálido y el equipo que guía con cercanía todo el recorrido.
El tramo dulce es tan generoso como el resto del menú. Podrás probar panqueques tibios, la Chocotorta, reconocida a nivel mundial y dulces y quesos regionales
Para terminar esta excelente experiencia tendrás los infaltables alfajores para cerrar con sabor bien argentino. Todo acompañado por el tradicional mate. ¡No te lo pierdas!