Es otro
clásico salteño a la hora de buscar las empanadas más ricas, pero aquí sólo
venden empanadas de carne (cortada a cuchillo, las más populares), pollo y
queso. Son pequeñas pero exquisitas.
El lugar tiene
su mística, ya que se encuentra oculto sin cartel que lo anuncie por fuera y
por dentro paredes sin terminar. Tiene más de cuarenta años, un dato a tener en
cuenta es que siempre hay largas filas, ir con tiempo!