La pizza es de origen italiano, y no cabe discusión al respecto. Sin embargo, hay muchas preguntas interesantes para pensar por qué esta comida se ha convertido en un ícono de la cultura argentina. Primero, una certeza: desde su llegada al país en el siglo XIX, la pizza ha evolucionado hasta adquirir una identidad propia que la distingue de su versión napolitana: masa gruesa, queso abundante, salsa de tomate condimentada y un toque de aceite de oliva.
Pero más allá de la discusión sobre la receta y los ingredientes, más importante es el hecho de que, en Buenos Aires, las pizzerías no son solo un servicio de comida: son espacios culturales para amigos, familias y hasta solitarios que buscan encontrarse en la ciudad.
Las pizzerías clásicas de Buenos Aires están en todos los barrios, y cada una propone un estilo y una historia. Algunas son templos culinarios que han resistido el paso del tiempo, mientras que otras son joyas de barrio que mantienen viva la tradición.
Esta guia de Tangol te propone conocer lo fundamental de tres que entrarían en cualquier ranking (serio) de las mejores pizzerías de CABA: Banchero, Güerrín y Los Inmortales. Si vas a visitar la ciudad y querés combinar tu tour de pizzerías con otras actividades porteñas, revisá nuestros tours y excursiones en Buenos Aires.
Banchero, cuna de la fugazzetta
Con base en el barrio de La Boca, y una sucursal muy popular en la Avenida Corrientes, Banchero es una institución en la historia de la pizza porteña. Fue fundada en 1932 por Augusto Banchero, un inmigrante genovés. La leyenda cuenta que esta pizzería creó la fugazza con queso, mejor conocida como fugazzetta. Se trata de la variante que combina la clásica fugazza (masa y cebolla) con una generosa capa de queso muzzarella.
El local de La Boca se caracteriza por su estilo sencillo y atmósfera familiar. Con sus mesas de mármol, paredes decoradas con fotos antiguas y aroma constante a masa recién horneada, el lugar transporta a los años 30.
No dejes de probar su especialidad, acompañada de un vaso de moscato, el vino dulce que es un clásico en las pizzerías porteñas.
Güerrín: el templo de la pizza al molde
En pleno centro de la ciudad, a pocos metros del Obelisco, se encuentra Güerrín, una pizzería que ha sido testigo de la vida porteña desde 1932. Su ambiente bullicioso y la barra en la entrada, junto al horno centenairo le dan una identidad única. Para muchos es la pizzería emblemática de Buenos Aires, ideal para disfrutar de una porción al molde, crujiente y con una cantidad generosa de queso.
Güerrín es famosa por su pizza de muzzarella, pero también ofrece otras variedades como la napolitana y la fugazza. El local suele estar lleno de gente los fines de semana, sobre todo en horario de cena y trasnoche. Por esta razón, conviene visitarlo entre semana, o pasado el mediodía.
De todas maneras, cuando está muy concurrido destaca su dinámica: los comensales disfrutando su pizza de parados en la barra, mientras conversan con los mozos que atienden con rapidez y eficiencia. Es una experiencia auténtica que refleja el ritmo vibrante de Buenos Aires.
Los Inmortales: tradición y modernidad
Con más de 80 años de historia, Los Inmortales es otra parada obligada para quienes quieren averiguar por su cuenta cuál es la mejor pizzería de Buenos Aires.
Fundada en 1939, esta pizzería ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Actualmente cuenta con cinco sucursales: dos en el centro, una en Avenida Corrientes, una en Belgrano y otra en Nordelta.
Lo que distingue a Los Inmortales es su atmósfera oscilante entre tradición y modernidad. Mientras que su sede histórica en la Avenida Corrientes conserva un aire clásico, sus locales más nuevos ofrecen un ambiente más contemporáneo. La carta de pizzas es de excelencia, y también cuenta con empanadas de varios rellenos, todas de primer nivel.