Paracas es un destino único y sorprendente, donde el océano y el desierto se abrazan en un espectáculo de colores. Si en tus próximas vacaciones esperás disfrutar unos días en un destino con una “escenografía” de película, Paracas es el lugar. Ubicado en la costa sur de Perú, este sitio ofrece paisajes alucinantes, una fauna que parece salida de un documental de National Geographic, y la posibilidad de recorrerlo de manera cómoda y sin preocupaciones gracias a las excursiones que ofrece Tangol.
Un viaje a otro planeta (sin salir de la Tierra)
Paracas es uno de esos lugares que desafían la lógica: por un lado, tenés el desierto infinito, con dunas doradas y formaciones rocosas esculpidas por el viento; por otro, el océano Pacífico rugiendo con toda su fuerza y albergando un ecosistema lleno de vida. El contraste es hipnótico, y lo mejor es que podés explorarlo de muchas maneras.
Para empezar, la Reserva Nacional de Paracas es un imperdible. Imaginá un escenario donde las playas tienen arena roja (sí, roja de verdad), acantilados que caen directo al mar y flamencos caminando con su elegancia habitual. Además, la reserva es hogar de varias especies de aves, lobos marinos y delfines. Lo mejor de todo es que podés recorrerlo en un tour guiado, ideal para descubrir sus rincones sin perderte nada.
Paseo por Islas Ballestas: un desfile de fauna marina
Ahora, hablemos de la joya de Paracas: las Islas Ballestas. Se las conoce como “las Galápagos peruanas”, y no es para menos: estas islas son hogar de una increíble diversidad de especies, desde pingüinos de Humboldt hasta colonias de lobos marinos.
El tour en lancha a las Islas Ballestas es una experiencia imperdible. A medida que te acercás, el sonido de los lobos marinos y el aleteo de miles de aves te sumergen en un mundo completamente distinto. ¡Y ojo! También podés ver delfines jugando entre las olas si tenés suerte. En el camino, vas a pasar por el famoso Candelabro de Paracas, un misterioso geoglifo tallado en la arena cuya función sigue siendo un enigma. Algunos dicen que es una referencia a las líneas de Nazca, otros que servía de señal para los navegantes. Lo que es seguro es que es una foto obligatoria.
Aventura, relax y mariscos frescos
Si después del paseo en lancha querés un poco de adrenalina, podés animarte a recorrer las dunas en buggies o deslizarte sobre la arena en sandboard. Es la excusa perfecta para sentir la velocidad y, de paso, sacar fotos espectaculares.
Ahora bien, si lo tuyo es el relax, nada mejor que disfrutar un almuerzo con vista al mar. Paracas es famosa por su gastronomía marina, así que no podés dejar de probar un buen ceviche, un arroz con mariscos o una parihuela (sopa de mariscos potente, perfecta para recargar energías).
Cómo visitar Paracas sin preocuparte por nada
Si querés conocer todo esto sin complicaciones, revisá los tours y excursiones en Paracas de Tangol en su sitio web. Desde planes de un día hasta paquetes más completos, podés elegir la experiencia que mejor se adapte a tu viaje. Algunas de las excursiones más recomendadas son:
- Excursión a las Islas Ballestas y Reserva de Paracas: ideal para conocer lo mejor de la zona en un solo día.
- Tour en buggy por las dunas: perfecto para los que buscan adrenalina y diversión.
- Visita a Paracas y Líneas de Nazca: para los que quieren combinar naturaleza y misterio en un mismo viaje.
Paracas es uno de esos destinos que sorprenden en cada rincón. Ya sea por sus paisajes imposibles, su fauna extraordinaria o la posibilidad de disfrutarlo de manera cómoda y organizada, este paraíso peruano tiene todo para enamorarte. Así que ya sabés, armá la mochila, prepará la cámara y dejate sorprender por un lugar donde el desierto y el mar conviven en perfecta armonía. ¡Nos vemos en Paracas!