El Lago Nahuel Huapi es por lejos el ícono de Bariloche, uno de los destinos más hermosos y populares del sur de la Patagonia argentina. Atravesar sus aguas es una experiencia muy especial por el sólo hecho de embarcarse, pero también para recorrer alguno de los destinos próximos. Por ejemplo, Puerto Blest, una opción entre montañas nevadas y bosques tupidos, imperdible para parejas, familias, grupos de amigos, o aventureros solitarios.
Tangol ofrece varios tours lacustres imperdibles para disfrutar de un paseo diferente y espectacular. Una de ellas es la excursión a Puerto Blest desde Bariloche, que incluye el cruce en catamarán con guia especializada, visita guiada a Cascada de los Cántaros y navegación en el Lago Frías.
A continuación, todo lo que tenés que saber para visitar este pueblo encantador desde la ciudad, sea con un tour o por tu cuenta.
Cómo ir de Bariloche a Puerto Blest
Para llegar a este punto en el mapa patagónico recomendamos salir temprano por la mañana desde el centro de la ciudad rionegrina para tomar un colectivo en dirección oeste hacia Puerto Pañuelo, entre la península de Llao Llao y Villa Tacul.
Ésta es una de las opciones más económicas, pero no la única. También podés optar por un traslado o transfer desde Bariloche para llegar en unos 25 minutos.
El viaje por la Avenida Bustillo hasta el puerto propone un recorrido precioso: el lago Nahuel Huapi te acompaña a la derecha durante gran parte del trayecto, con sus playas y valles escondidos; del otro lado de la ruta, las casas de arquitectura alpina anuncian una Bariloche diferente, más tranquila y cercana a la naturaleza.
Al llegar al muelle, con los pasajes en mano, el guía espera para subir al catamarán. Si llegás con tiempo, no te pierdas detenerte un rato en el Mirador de los Navegantes para tener un primer panorama del viaje encantador que te espera. Otra opción es buscar la mejor vista para del famoso hotel Llao Llao, que se levanta imponente y elegante en el cerro del mismo nombre.
Navegación en Catamarán desde Bariloche a Puerto Blest
Durante el pre embarque se puede tomar un café o comprar alguna golosina para el trayecto en el completo bar y kiosco de la terminal. Después de zarpar desde Puerto Pañuelo, la navegación atraviesa 18 kilómetros del brazo Blest del lago, durante poco más de una hora.
Cada minuto vale la pena: desde la cubierta se pueden ver montañas imponentes, bosques de un verde intenso, y hasta una pequeña isla, la Centinela, donde descansan los restos del Perito Francisco Moreno.
Antes de llegar a Puerto Blest, la Cascada de los Cántaros de Bariloche se anuncia entre la vegetación de la selva patagónica. El cuerpo de agua desemboca en el lago Cántaros, donde espera un alerce de más de 1500 años.
El guía, siempre atento, entretiene durante gran parte del trayecto con historias de exploradores, glaciares, y comunidades originarias. Entre mate y mate, y paisajes soñados, todos se encuentran en la contradicción de querer llegar a destino pero al mismo tiempo desear que ese viaje sobre el agua no termine nunca.
Al desembarcar finalmente en Puerto Blest, el paisaje se tiñe casi por completo de verde: el bosque valdiviano es húmedo, frondoso y vibrante. Este rincón patagónico es ideal para quienes buscan paseos tranquilos por sitios naturales de gran belleza, ideales para dejar de lado el recuerdo de la vorágine de la ciudad.
Qué hacer en Puerto Blest: paseos y senderos imperdibles
Se puede visitar en cualquier época del año, aunque en primavera y verano el clima invita más a las caminatas al aire libre. Es importante llevar calzado cómodo, ropa impermeable por si llueve, y algo para picar, aunque en el parador hay opciones para almorzar con vista al lago.
Una parada imperdible es la Cascada de los Cántaros. Para llegar hasta ella hay que subir 700 escalones de madera que se internan en el bosque. Los senderos bien señalizados permiten recorrerlo a pie y descubrir rincones como el Lago Frías, al que vas a acceder con la navegación de Tangol. El color del agua es único, producto del deshielo del Cerro Tronador.
Los tiempos de caminata, los espacios para descansar, las explicaciones del guía y hasta los silencios componen una experiencia sublime en el sur patagónico. A continuación, te dejamos lo más importante de los senderos en Puerto Blest, por si querés organizar una visita autoguiada o extender tu visita a esta joya rionegrina.
Sendero Los Cántaros
Este sendero autoguiado es el más popular de la zona, y una de las experiencias más enriquecedoras de Puerto Blest. Su 1,2 km de recorrido incluye el tramo emblemático de 700 escalones hacia la impresionante Cascada de los Cántaros, un punto imperdible.
A lo largo del camino, cuatro miradores estratégicos ofrecen perspectivas únicas de la cascada y la densa Selva Valdiviana, culminando en el Lago Cántaros, un espejo de agua rodeado de paredones rocosos. Al final del camino aguarda una perspectiva única del alerce milenario. Aunque presenta desnivel, la pasarela entablonada y las áreas de descanso facilitan el recorrido. Así y todo, es recomendable llevar calzado antideslizante, especialmente en días lluviosos, ya que la humedad puede tornar resbaladizos los escalones.
Sendero Parques Nacionales
Este trayecto de 3 km conecta Puerto Blest con el sendero al Lago Los Cántaros en una inmersión profunda en la Selva Valdiviana. Como el resto de los caminos, está perfectamente señalizado. Su particularidad es que serpentea entre coihues y arrayanes, cruzando arroyos cristalinos y un puente colgante que parece sacado de un cuento antiguo.
Las vistas panorámicas de la Bahía de Puerto Blest desde ciertos tramos son un regalo visual. Este sendero es ideal para quienes buscan un recorrido moderado, sin grandes exigencias técnicas, pero con alta recompensa paisajística.
Sendero de la Bahía
Un paseo accesible de 800 metros que une el Hotel Puerto Blest con el cruce al Sendero Parques Nacionales. Destaca por su bajo nivel de dificultad y la vista directa al árbol legendario Coihue Abuelo, un gigante que domina el bosque.
La cercanía al agua mantiene el camino entre postales constantes de la bahía, con reflejos cambiantes según la luz del día. Recomendado para familias o quienes prefieren caminatas cortas pero llenas de magia natural.
Sendero de la Turbina
Un recorrido breve de 400 metros entre ida y vuelta que revela un aspecto histórico del lugar: la turbina hidroeléctrica que abastece de energía a Puerto Blest. La pasarela culmina en un mirador frente a la "Casa de la Turbina", donde el sonido del agua en movimiento acompaña la visita. Es una opción imperdible para quienes no se quieren perder de entender la infraestructura sostenible del pueblo funcionando en el entorno salvaje.
Sendero de la Península
Este sendero de apenas 200 metros es perfecto para una caminata corta pero con vistas contrastantes: el azul profundo del Lago Nahuel Huapi por un lado y el verdor esmeralda del Río Frías por otro. El punto culminante es el fotogénico cartel de "BLEST", enmarcado por el Cerro Tres Hermanos. Ideal para un paseo matutino o al atardecer, cuando la luz realza los colores del paisaje.
Sendero Río Frías
Este trayecto de 3,2 km une Puerto Blest con Puerto Frías, adentrándose en el corazón de la Selva Valdiviana. Por su dificultad media y escaso desnivel, es perfecto para observar la biodiversidad local mientras se camina junto al río, de tono verdoso por los sedimentos glaciares. Se puede combinar con el Sendero de la Turbera para una experiencia más completa. Atención: es importante consultar si está habilitado en días de lluvia, ya que algunos tramos pueden estar embarrados.
Sendero de la Turbera
Una pasarela de 20 metros que se adentra en un ecosistema único: la turbera. Este terreno esponjoso y saturado de agua actúa como regulador climático e hídrico. El recorrido es breve, pero permite apreciar la fragilidad de este ambiente. Se recomienda transitar con cuidado para no dañar la vegetación y evitar salir de la pasarela, ya que el suelo es inestable.