En sus más de 7.000 kilómetros de costa, Brasil guarda verdaderos tesoros playeros que escapan al turismo masivo. Si buscás algo diferente y novedoso, más allá de Río de Janeiro, Florianópolis, Búzios, Recife, u otra de las ciudades costeras más conocidas, podés probar con las recomendaciones de esta guía.
De acuerdo con Visit Brasil, el sitio oficial del gobierno brasileño gestionado por Embratur, la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo, hay al menos cinco destinos imperdibles que combinan paisajes soñados, experiencias auténticas, y la calidez de los brasileños.
Antes de repasar cinco destinos imperdibles para visitar sin esquivar multitudes de turistas, tenés a mano los paquetes a Brasil de Tangol. Vas a encontrar opciones all inclusive en las mejores ciudades y costas, con servicios de primer nivel y al mejor precio.
Playas poco conocidas en Brasil
Estas playas ofrecen mucho más que sol y mar: son experiencias integrales para disfrutar de naturaleza, aventura, cultura y descanso. Perfectas para quienes buscan salirse del circuito turístico tradicional y dejarse sorprender por la diversidad del litoral brasileño. ¿Cuál vas a elegir primero?
Fernando de Noronha
Este archipiélago volcánico, Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los secretos mejor guardados de Brasil. Fernando de Noronha se encuentra a 545 km de la costa y solo permite un número limitado de visitantes diarios para preservar su ecosistema.
Sus playas, como Baía do Sancho o Praia do Leão, están consideradas entre las más lindas del mundo. La visibilidad del agua supera los 50 metros, lo que lo convierte en un paraíso para el buceo y el esnórquel. Además, es posible ver tortugas, rayas, tiburones y hasta delfines giradores.
Animate a explorar esta joya brasileña con estas actividades:
Jericoacoara
Aunque cada vez más viajeros la descubren, Jericoacoara sigue siendo un destino alejado de los grandes centros urbanos, perfecto para quienes buscan desconectar. Está ubicada en el estado de Ceará, al noreste del país, y solo se puede acceder a través de vehículos 4x4 que cruzan dunas y senderos.
El Parque Nacional de Jericoacoara resguarda este paraíso de playas vírgenes y lagunas cristalinas. Entre sus principales atractivos están la famosa Pedra Furada, una formación rocosa atravesada por el mar, y la Duna do Pôr do Sol, desde donde se observan los atardeceres más impactantes de Brasil. Además, el destino es ideal para practicar kitesurf y windsurf, gracias a sus vientos constantes.
Lagoa Azul, Ilha Grande
En Ilha Grande, una hermosa isla ubicada en el municipio de Angra dos Reis, en el estado de Río de Janeiro, el transporte se limita a vía acuática. Es decir, no hay autos. No contar con carreteras asfaltadas ni vehículos motorizados es parte del encanto natural de este lugar.
Seas local o visitante, vas a depender de lanchas, barcos y taxis acuáticos para moverte entre playas, pueblos y atracciones de la isla. Las bahías de la isla son reconocidas mundialmente por su belleza y son consideradas excelentes puntos para actividades acuáticas como el buceo y el snorkeling.
Lo mejor de estos paseos acuáticos es buscar islas deshabitadas y costas secretas. Una de ellas es Lagoa Azul, protegida del viento y el bullicio entre las islas Redonda, Comprida, Arocira y Macacos. La clave para disfrutar de su tranquilidad es visitarla bien temprano a la mañana, o en la noche.
Playa de Aventureiro, Ilha Grande
Y si vas a visitar Ilha Grande, no podés perderte la playa de Aventureiro, una joya rodeada de mata atlántica. Se trata de una de las costas vírgenes más lindas de este archipiélago cercano a Río de Janeiro.
Consta de unos 500 metros de arena blanca y aguas turquesas que mojan la base de cocoteros y rocas. La civilización más cercana es una pequeña aldea con unos 100 pobladores.
Por tratarse de una Reserva de Desarrollo Sostenible (RDS) reconocida por la Prefectura de Angra dos Reis, el número de visitantes se limita a 560 por día. Al igual que el resto de las costas de la región, la única forma de llegar es en excursiones en barco.
Playa de Carneiros, Recife
Praia dos Carneiros es famosa por su belleza y tranquilidad, pero sobre todo por el fácil acceso a su costa desde varias ciudades principales de Recife, que queda a unos 90 kilómetros. Por eso, muchos la visitan en excursiones de Catamarán desde Maragogi o Porto de Galinhas.
La playa es extensa, con aguas cristalinas y arena muy clara. Además, está llena de palmeras que forman una línea deslumbrante, ideal para sacar fotos o cerrar los ojos y escuchar su sonido cuando el viento mueve las palmas.
Además del paisaje costero paradisíaco, la playa tiene muy cerca la Capilla de San Benedito, construida en el siglo XVIII. Entrar a explorar su estructura sencilla, pensada para este clima y ecosistema único, puede ser una buena actividad de recreo entre descanso y buceo.