Perú es un país rico en tradiciones, y los carnavales son una muestra viva de su diversidad cultural. Durante décadas, estas fiestas transmitieron las tradiciones e identidad de cada pueblo, y al día de hoy representan la resistencia de las comunidades ante diferentes sucesos históricos.
Las fechas de carnavales son grandiosas para el turismo, ya que condensan en pocas horas o días lo mejor de las raíces de cada pueblo peruano. A lo largo y ancho del territorio de este país, estas festividades combinan elementos históricos, ancestrales y modernos que atraen ojos de toda la región y el mundo.
Si estás planeando un viaje a Perú, Tangol te invita a conocer cuáles son los carnavales más importantes.
Carnaval de Cajamarca: “La Capital del Carnaval Peruano”
A unos 900 kilómetros al norte de Lima se ubica Cajarmarca, que alberga el carnaval considerado uno de los más alegres y representativos del país. La festividad tiene lugar en febrero, y se destaca por sus coloridas comparsas, concursos de coplas y la tradicional figura del Rey Momo o Ño Carnavalón, un personaje que encarna el espíritu festivo.
Durante los cinco días de esta celebración, las calles de Cajamarca se llenan de música, danzas y juegos con agua, harina y pintura, al ritmo de las comparsas. Semanas antes, las familias comienzan a prepararse con ensayos de sus bailes típicos en las calles y la preparación de los muñecos.
El muñeco gigante del Ño Carnavalón representa "el adiós a las malas energías". En la noche principal, la gente celebra su paso con agua y pintura, y luego de ser honrada, la figura es velada y enterrada. Es común que este personaje aparezca en representaciones de la celebración, como los dibujos del Carnaval de Cajamarca.
Otras de las actividades culturales típicas son concursos de coplas y el concurso de belleza entre las mujeres de los barrios de la ciudad, con el fin de elegir a la Reina del Carnaval.
La comida no es un tema menor: muchas familias aprovechan estos días para exhibir su talento culinario y preparan platos típicos como el “sancochado” y las “rosquitas”.
Carnaval de Ayacucho: Patrimonio Cultural de la Nación
Entre febrero y marzo de cada año, el Carnaval de Ayacucho es una expresión de la identidad andina. En 2003, fue Declarado Patrimonio Cultural de la Nación.
Ubicada a casi 600 kilómetros de Lima, esta ciudad se llena de comparsas por las calles centrales, danzas tradicionales, y música interpretada con instrumentos autóctonos como el charango y la quena.
Durante los festejos, las calles se llenan de vida con trajes típicos, flores y serpentinas. El lugar invita a disfrutar, bailar y sumergirse en sus tradiciones, entre la energía cálida y acogedora de su gente. Allí también se celebra la presencia del Ño Carnavalón, responsable de la apertura y el cierre del carnaval.
Una de las cualidades de esta festividad tan alegre es la realización del concurso de Compositores e Intérpretes, que impulsa el talento local. También se promueve la creación de nuevas canciones dedicadas a Ayacucho.
El plato típico de esta región es el puchero, un delicioso sancochado de carnes de ovino, porcino y vacuno; papas, arroz, garbanzos, camotes, duraznos, manzanas y especies de aderezo. Este carnaval es una muestra de la rica herencia cultural de la región.
Carnaval de Puno: Un despliegue de danzas y devoción
La Fiesta de la Virgen de la Candelaria es una de las celebraciones más importantes y emocionantes del Perú. Se celebra en la ciudad de Puno, en la región sur del país, y atrae a miles de visitantes cada año.
La fiesta tiene sus raíces en la época colonial y se celebra cada febrero en honor a la Virgen de la Candelaria, patrona de Puno. Durante dos semanas, las calles de la ciudad se llenan de música, danza y color. Hay, además, desfiles, procesiones y concursos de trajes típicos.
Uno de los momentos más destacados de la fiesta es la procesión de la Virgen de la Candelaria: entre cantos, vítores y serpentinas, miles de personas se reúnen en la Plaza de Armas para ver a la Virgen pasar. La procesión está acompañada de música y fuegos artificiales.
Carnaval de Abancay: El Pukllay de la gratitud
En la región de Apurímac se lleva adelante el Carnaval de Abancay, una celebración vibrante y especial que gira en torno al Pukllay, palabra quechua que significa “juego”.
Esta festividad, también conocida como el Carnaval Abanquino, agradece a la naturaleza y a la Pachamama, integrando danzas y música tradicionales con vestimentas coloridas y alegorías. Como en muchos carnavales peruanos, el personaje central es el Ño Carnavalón.
Esta fiesta tiene sus raíces en antiguas celebraciones prehispánicas de tributo y agradecimiento a la provisión de agua, elemento vital para la vida y la agricultura en el valle de Abancay. En este sentido, se rendía culto a siete riachuelos que descendían del nevado Ampay.
El evento involucra a toda la comunidad, con una gran participación de comparsas, grupos de música y vecinos de todas las edades. Es considerado por locales y turistas uno de los carnavales más alegres del país. También fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 11 de marzo de 2011.
Uno de los momentos más destacados es el “Corte del Monte”, una actividad donde los participantes decoran un árbol con regalos que luego derriban mientras bailan a su alrededor.
Como en otras festividades, se celebran ritos tradicionales, se elige a una reina del carnaval, se escucha y se baila al ritmo de la música tradicional, y se convidan exquisitos platos típicos de la región. Así, el Carnaval de Abancay se vuelve un motivo más para visitar Perú entre febrero y marzo.
Carnaval de Iquitos: La magia de la Amazonía
El Carnaval de Iquitos, también conocido como Carnaval Amazónico, es una celebración vibrante y única que se vive en la ciudad de Iquitos, en plena selva amazónica del Perú.
Se distingue de otros carnavales del país por su fuerte influencia de las tradiciones amazónicas. Además, la fiesta de carnaval de Iquitos está asegurada por la alegría contagiosa de su gente y un ambiente que mezcla lo ancestral con lo contemporáneo.
El origen de esta festividad se remonta a la época del boom del caucho (finales del siglo XIX e inicios del siglo XX), cuando trabajadores de Moyobamba trajeron sus costumbres a la región. Estas costumbres se fusionaron con las tradiciones locales, dando lugar a lo que se conmemora en esta zona todos los años desde entonces.
Al igual que otras fiestas carnavalescas de Perú, se conmemora a fines de febrero y comienzos de marzo. Un elemento central del carnaval es la humisha, una palmera adornada con regalos, frutas, ropa y otros objetos. Se baila alrededor de ella al ritmo de música amazónica, y al final se tumba para que los participantes recojan los regalos. Esto simboliza la abundancia y la fertilidad de la selva.
Durante los días de carnaval, las calles se llenan de música, danzas y platos típicos como el “juane” y la “tacacho con cecina”. También son clásicos los juegos con agua y pintura.
Los carnavales de Perú son mucho más que celebraciones; son un puente entre el pasado y el presente, donde la historia, la tradición y la cultura se entrelazan en un espectáculo único. Desde la sierra hasta la selva, cada carnaval tiene su propia esencia y simbolismo, convirtiéndose en una experiencia inolvidable para quienes participan o asisten como espectadores.
Si estás buscando una razón para visitar Perú, estas festividades son una excelente oportunidad para sumergirte en su rica diversidad cultural. Con el asesoramiento de Tangol.com, no vas a quedarte con las ganas de explorar este maravilloso país.