Otro clásico del asado argentino. Este restaurante, que durante tres años consecutivos estuvo en los 50 Best Restaurants Latam, se convirtió en una parada obligada tanto para argentinos como extranjeros.
Los comensales son recibidos con una copa de espumante y una picada. Al ingresar, son ubicados en alguno de los diferentes salones, que están decorados con numerosos objetos, muchos de ellos recuerdos personales de Gastón Riveira, el dueño.
Las carnes asadas y las cazuelas son los platos que brillan del menú. El ojo de bife con hueso incluido y el corte wagyu argentino, también conocido como kobe, suelen ser los más pedidos.
Antes de partir, a cada visitante se le entrega un chupetín, un gesto que ya es uno de los distintivos de La Cabrera.