Lo primero que se escucha al llegar a San Antonio de los Cobres es el silencio de la calma envolvente del Norte argentino. Después de horas recorriendo la Quebrada del Toro, donde la vegetación desaparece de a poco y los cardones se levantan como guardianes ancestrales, vale la pena hacer una pausa y quedarse al menos una noche en este pueblo.
Estamos hablando de plena puna salteña, a más de 3700 metros sobre el nivel del mar, donde el ambiente puede ser hostil para el cuerpo: la presión atmosférica es baja por la altura, y la cantidad de oxígeno en el aire es menor.
Por suerte para los visitantes, los lugares para alojarse en San Antonio de los Cobres son receptivos y hospitalarios, ya que los anfitriones conocen muy bien las formas de evitar el apunamiento. Asimismo, guardan vistas impresionantes a cerros y montañas, como el magnífico Nevado de Acay.
Lo cierto es que después de atravesar un camino que serpentea junto al recorrido del famoso Tren de las Nubes, haber visitado las ruinas preincaicas de Santa Rosa de Tastil, y de maravillarse con las vistas de Abra Blanca, lo mejor del día cuando cae el Sol es saber que te espera una habitación amplia con cama cómoda.
Si estás buscando dónde quedarte, a continuación vas a conocer los detalles de nuestra recomendación en este destino: el Hotel a las Nubes de San Antonio de los Cobres.
Dónde alojarse en San Antonio de Los Cobres
Reservar en la Hostería de las Nubes te asegura la estadía en un lugar sencillo pero cálido, con ese tipo de hospitalidad que no se finge. Está ubicado a metros de la intersección entre las rutas 40 y 51, a solo 10 minutos a pie del famoso Tren a las Nubes de Salta. el Hotel de Las Nubes.
Existen tres categorías de habitaciones: doble, triple o tipo departamento. Todas son espaciosas y bien equipadas, con mini TV de pantalla plana, baño privado, calefacción central y servicio de limpieza diario. Algunas ofrecen vistas al pueblo, mientras que otras al paisaje montañoso. Desde ahí se aprecia la inmensidad, el silencio, las montañas con tonos minerales, y esa combinación de cielo claro y tierra árida que caracteriza el entorno.
La estadía incluye Wi-Fi sin costo, estacionamiento cubierto y bebida de bienvenida. También el servicio de desayuno continental completo, que incluye mermeladas caseras y jugos recién exprimidos. Entre las zonas comunes destaca su sala de estar con chimenea y decoración al estilo local, perfecta para descansar tras un día de paseos en la altura. Los servicios con costo extra son check-in temprano y check-out tardío, servicio de lavandería y tintorería.
El restaurante del hotel se especializa en platos locales con ingredientes frescos. Durante el día se pueden disfrutar especialidades regionales detalladas en una carta amplia y con precios muy competitivos. También está la opción de probar la coctelería en la barra.
Alojarse en San Antonio de los Cobres permite otra cosa: vivir la transición. Sentir cómo el cuerpo se adapta a la altura, cómo el color del cielo se vuelve más profundo, cómo el tiempo cambia de forma. Es una experiencia física y emocional. Y además, quedarse permite descubrir cosas que no se ven desde una ventanilla.
Qué hacer en San Antonio de los Cobres cerca del hotel
La atracción de Los Cobres compensa de sobra el apunamiento, o soroche, como se le llama en la zona. Frío y ventoso, asentado en el centro de un valle agreste, en la parte más baja de la espectacular Quebrada del Toro, y junto al río que repite su nombre, este pueblo invita a recorrerlo.
No podés perderte su plaza central, el mercado local y los puestos artesanales de tejidos con lana de llama y oveja. Todo tiene un ritmo calmo, casi meditativo. En cada esquina alguien saluda, en cada mirada hay una historia. Cuando baja el sol y empieza a hacer frío, un guiso de quinua con carne de llama revitaliza el alma.
Si llegaste o vas a llegar al pueblo por la excursión al Tren de las Nubes desde Salta, no creas que San Antonio es solo una parada técnica. Los interesados por la historia local y del territorio pueden visitar el yacimiento arqueológico de Tastil o el Museo Regional Andino.
Por la mañana, lo más recomendable es una visita a uno de los puntos más impactantes de la zona: el Viaducto La Polvorilla, ubicado a menos de 5 km al oeste de la ciudad. Esta obra monumental se eleva 63 metros por encima del lecho del valle. Desde ahí, la vista es imponente. El contraste entre la ingeniería humana y la fuerza indomable del paisaje genera una mezcla de vértigo y admiración.
Si te alejás del pueblo también vas a encontrar atractivos únicos. A unos 100 kilómetros al oeste por la Ruta 51, y hacia el sur por la Ruta Provincial 27, está el salar de Pocitos Ahí, la tierra blanca refleja el cielo como un espejo, y el aire está atravesado por la cosmovisión andina, el respeto a la tierra, por la presencia constante de la Pachamama. No es raro ver apachetas ni escuchar relatos sobre ceremonias y ofrendas.
Si estás pensando en conocer el Tren a las Nubes o recorrer la Quebrada del Toro, revisá las opciones de paquetes y excursiones en Salta de Tangol.
Y si te alojás una noche en San Antonio de los Cobres, no solo vas a conocer uno de los paisajes más extremos y bellos del norte argentino, sino que vas a poder sentirlo. Porque hay lugares que se visitan y otros que se quedan con vos. Y San Antonio de los Cobres es de los segundos.