El majestuoso Cerro Tronador, en San Carlos de Bariloche, se alza imponente sobre el horizonte patagónico, dominando el paisaje con sus 3.554 metros de altura y sus siete glaciares que brillan bajo el sol. Este gigante de piedra y hielo es uno de los destinos más espectaculares para quienes visitan el Sur, y su nombre evoca el estruendo de los desprendimientos glaciares que resuenan como truenos en la montaña.
El viaje en auto desde la ciudad rionegrina hasta la base del Tronador es una experiencia que combina la libertad de la ruta con la emoción de descubrir los paisajes más fascinantes de la Patagonia argentina.
La distancia de Bariloche a Cerro Tronador es de 80 kilómetros y la aventura comienza en el centro de la ciudad, donde hay que tomar la mítica Ruta Nacional 40 (RN40) en dirección sur y empalmar con la Ruta Provincial 81 (RP81). Si no querés manejar por estos caminos, o preferís complementar la experiencia con información especializada, lo mejor es sumarte a una excursión a Cerro Tronador desde Bariloche.
A continuación, todo lo que tenés que saber del camino, ya sea que lo enfrentes en vehículo particular o en un tour guiado.
Cómo llegar al Cerro Tronador desde Bariloche en auto
El primer tramo del recorrido es completamente asfaltado, entre postales inolvidables de una porción de la Ruta de los 7 Lagos. Los primeros kilómetros bordean el Lago Gutiérrez, cuyas aguas cristalinas reflejan los densos bosques de coihues que cubren sus orillas.
A medida que se avanza, se aproxima el Lago Mascardi, donde las playas de arena volcánica contrastan con el azul intenso de sus aguas. Este espejo de agua, alimentado por los deshielos del Tronador, acompañará al viajante durante buena parte del trayecto hacia la RP 81.
Tras recorrer aproximadamente 35 kilómetros desde Bariloche, se llega al empalme con la RP 81, donde el asfalto da paso al ripio y comienza propiamente la aventura. Es importante destacar que, aunque no se requiere un vehículo 4x4 para completar este trayecto, sí es recomendable contar con un auto en buenas condiciones mecánicas y neumáticos adecuados para terrenos irregulares.
Apenas 300 metros después de tomar este desvío aparece la casilla de acceso al Parque Nacional Nahuel Huapi. Acá se abona el ingreso y los guardaparques informan sobre el estado del camino y las condiciones climáticas. El paisaje se transforma notablemente a partir de este punto. La densidad de los bosques andino-patagónicos da paso a formaciones rocosas más abruptas, y el aire se carga del aire fresco de la vegetación nativa.
A unos 9 kilómetros de la bifurcación entre rutas, el camino se divide nuevamente: hacia la derecha se dirige al Cerro Tronador (unos 40 kilómetros más adelante), mientras que a la izquierda conduce a la Cascada de los Alerces (a 18 kilómetros). Si bien ambos destinos merecen ser visitados, el eje de este artículo es el camino que lleva al imponente Tronador.
El trayecto hacia el cerro está salpicado de miradores naturales que invitan a detenerse una y otra vez. El primero de ellos es el balcón sobre el Brazo Tronador del Lago Mascardi: acá la vista abarca desde la isla Piuke Huapi (un pequeño punto verde en medio del lago) hasta las primeras estribaciones de la montaña que da nombre al brazo lacustre. Este es el lugar perfecto para las primeras fotos del viaje, especialmente al amanecer, cuando la luz dorada baña el paisaje.
Continuando el recorrido aparece el histórico Hotel Tronador, una construcción que data de los primeros tiempos del turismo en la región. Frente a él parte un sendero de dificultad media que lleva a la Cascada de los Césares, tras unos 45 minutos de caminata entre bosques y arroyos. El esfuerzo de la caminata se ve recompensado cuando el sendero desemboca frente a esta cortina de agua que cae con fuerza desde las alturas.
El camino sigue ascendiendo hacia Pampa Linda, el valle que sirve de antesala a los glaciares. El nombre del paraje hace honor a las amplias planicies que se abren entre las montañas. Acá vas a encontrar servicios básicos: una hostería, zona de camping, y una confitería donde reponer energías con vistas panorámicas al valle.
Pampa Linda representa un punto estratégico en el recorrido, no solo por sus servicios, sino porque marca el comienzo del tramo final hacia los glaciares.
Cerro Tronador y Glaciar Negro en Bariloche: cómo visitar los dos lugares
A solo 8 kilómetros de Pampa Linda se encuentra uno de los espectáculos naturales más impactantes del recorrido: el Ventisquero Negro, también conocido como Glaciar Negro. Este glaciar debe su nombre al color oscuro que adquiere por los sedimentos que arrastra en su lento pero implacable avance.
El mirador ubicado frente a esta masa de hielo en movimiento permite apreciar cómo los desprendimientos constantes van modelando el paisaje, creando un escenario que cambia día a día. El contraste entre el hielo oscuro, las aguas verde esmeralda del lago proglaciar y las paredes rocosas que lo enmarcan crea una composición de extraordinaria belleza.
Si la caminata al Glaciar Negro es lo que más te llama de esta zona de paisajes, lo mejor es que hagas el tour de trekking por glaciares del Cerro Tronador. Junto a un senderista experto, vas a atravesar los caminos más impactantes del lado sur del Parque Nacional Nahuel Huapi hasta llegar a la base del cerro, el Ventisquero Negro y otros puntos de interés.
Tramo final hacia el Tronador
El punto culminante del viaje se encuentra más adelante, en lo que los lugareños conocen como la Garganta del Diablo. Este anfiteatro natural de roca viva, formado por las paredes orientales del Tronador, ofrece una vista frontal de los glaciares que coronan la montaña.
En este sitio, el silencio solo se interrumpe por el estruendo ocasional de los seracs (bloques de hielo) que se desprenden de los glaciares y caen por las paredes verticales, recordando por qué este cerro lleva su nombre tan característico.
En días despejados, es posible distinguir claramente las tres cumbres que forman el Tronador: la argentina, la chilena y la internacional. Esta última marca el límite entre ambos países.
Lo que hay que saber para visitar el Cerro Tronador en San Carlos de Bariloche, Río Negro
Al planificar este viaje es fundamental considerar algunos aspectos. Los horarios de circulación en el camino al Tronador están estrictamente regulados: el ingreso es entre las 10:30 y 14:00, y el egreso entre 16:00 y 18:00. Esto garantiza la seguridad de los visitantes, dado que gran parte del trayecto es de ripio y de una sola mano.
También es crucial cargar combustible suficiente desde Bariloche, ya que no hay estaciones de servicio en el resto del recorrido. El clima en la montaña es particularmente cambiante, por lo que se recomienda llevar ropa abrigada incluso en verano, así como protección solar, debido a la mayor intensidad de los rayos UV en altura.
El viaje de regreso a Bariloche suele hacerse en silencio, mientras se reviven mentalmente las imágenes de los glaciares, los valles y los lagos que conforman este paisaje único. El Cerro Tronador no es solo un destino, es una experiencia que permanece en la memoria mucho después de haber abandonado sus inmediaciones.Cada curva del camino, cada mirador, cada sonido de la naturaleza en este rincón de la Patagonia componen una experiencia difícil de igualar, que explica por qué tantos viajeros regresan año tras año para reencontrarse con este gigante de piedra y hielo.