El Cerro de Monserrate es, para Bogotá, lo que el Cristo Redentor es para Río de Janeiro: un símbolo espiritual y visual que domina el paisaje urbano desde lo alto, ofreciendo una de las mejores vistas de la ciudad.
Monserrate es testigo silencioso del ir y venir de quienes llegan con fe, con cámaras o con la respiración agitada tras la subida. Verlo desde abajo ya es parte del paisaje cotidiano de la ciudad, pero subirlo es otra historia. La silueta del santuario se recorta sobre el cielo como una promesa: de fe, de desafío físico, de conexión con la historia, de una mirada distinta sobre la capital.
Desde hace siglos, Monserrate ha sido el corazón espiritual de Bogotá. Pero más allá de su carácter religioso, subir a este cerro es una experiencia integral. Es dejar atrás el ruido de la ciudad para adentrarse en la montaña, respirar profundo entre eucaliptos, escuchar los pasos propios en el sendero de piedra, y sentir cómo la ciudad se va quedando abajo, cada vez más lejana, más pequeña, mientras uno asciende hacia algo más grande. Cada paso es parte de un ritual bogotano que mezcla tradición, contemplación, esfuerzo y recompensa.
Hoy, quienes visitan Bogotá no solo buscan fotos desde la cima ni una visita rápida al santuario. Buscan entender por qué Monserrate es uno de los sitios más visitados del país, qué tiene de especial esta montaña y cómo vivir la experiencia de forma auténtica.
Ya sea a pie por el sendero, en teleférico o funicular, en excursiones guiadas o en recorridos más íntimos, cada forma de subir tiene su encanto y su narrativa.
Este artículo es una invitación a conocer Monserrate con otros ojos: no solo como una atracción turística, sino como una vivencia poderosa que combina historia, cultura, naturaleza, espiritualidad y aventura. Aquí encontrarás todo lo que necesitas saber para subir al cerro, pero también lo que solo se siente al estar allí. Porque Monserrate no solo se visita: se vive.
Historia y leyendas del Cerro de Monserrate
La historia del Cerro de Monserrate comienza mucho antes de la fundación de Bogotá. Los muiscas, antiguos habitantes de la sabana, lo veneraban como un lugar de poder y observación astronómica. Con la llegada de los españoles, el cerro adoptó un nuevo papel: en el siglo XVII se erigió la iglesia de Monserrate, santuario que guarda la imagen del Señor Caído. Las crónicas de la época hablan de peregrinaciones que ascendían por rudos caminos de tierra, iluminados solo con antorchas en la noche.
Con el paso de los siglos, la devoción se convirtió en tradición y el cerro en ícono. Cuentan que las escaleras de Monserrate, inicialmente de madera, eran reemplazadas tras cada temporada de lluvias. Hoy, esas mismas escalinatas tienen piedra firme, pero mantienen vivo el espíritu de quienes subían a ofrecer promesas y agradecimientos.
Cómo llegar a Monserrate: opciones para todos los viajeros
El acceso principal al cerro se encuentra en la Carrera 2 Este No. 21-48, Paseo Bolívar, en el centro de Bogotá. Desde este punto, puedes elegir entre tres formas distintas de ascender, cada una con su propio encanto y ritmo
Sendero a Monserrate: el ascenso a pie
Subir a pie al Cerro de Monserrate es una experiencia que combina naturaleza, devoción, desafío físico y recompensa visual. No es solo una caminata: es un recorrido donde cada paso cuenta una historia, cada respiro se llena de montaña, y cada mirada atrás regala una postal de Bogotá que se amplía a medida que se avanza.
El sendero a Monserrate inicia a 2.962 metros sobre el nivel del mar y culmina en la cima a unos 3.152 metros. Son cerca de 2,5 kilómetros de camino empedrado, bordeado de vegetación andina y protegido con barandas, puntos de hidratación, señalización y presencia constante de seguridad. Aunque suene intimidante, el trayecto es perfectamente posible para quienes tengan un estado físico moderado. Hay tramos exigentes, sí, pero también descansos naturales y miradores que invitan a hacer una pausa y contemplar cómo Bogotá se despliega a tus pies.
Muchos preguntan: ¿cuánto se demora subiendo Monserrate a pie? La respuesta depende de ti. Quienes caminan rápido suelen tardar entre 45 minutos y una hora. En cambio, quienes se detienen para fotos o descansar pueden tardar hasta una hora y media.
Y si te gusta el deporte extremo, aquí también hay lugar para competir. Un atleta colombiano tiene el récord de ascenso. Lo logró en 18 minutos, un tiempo que parece increíble. Pero realmente sucedió en una de las competencias en el cerro.
Porque sí, Monserrate también es escenario de eventos deportivos. Maratones verticales, desafíos de ascenso cronometrado y entrenamientos de alto rendimiento se realizan en este mismo sendero que para muchos también es ruta espiritual. Cada fin de semana, especialmente los domingos, muchas personas suben. Lo hacen como parte de su ritual. Puede ser por fe, por salud, por costumbre o porque su cuerpo lo pide.
La entrada al sendero es libre y está ubicada al final del Paseo Bolívar, justo antes de llegar a las estaciones del funicular y el teleférico. Abre todos los días, menos los martes por mantenimiento. El horario es de 5:00 a. m. a 1:00 p. m. para subir. Para descender, abre hasta las 4:00 p. m.
La seguridad está garantizada con presencia de policía, cámaras y brigadas médicas en caso de emergencias. Se recomienda llevar ropa cómoda, zapatos con buen agarre, bloqueador solar y suficiente agua.
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Funicular de Monserrate: historia y pendiente en cada metro
Subir a Monserrate en funicular es dejar que la ciudad quede atrás por unos minutos mientras te adentras en un recorrido lleno de historia. Desde 1929, este sistema conecta la base con la cima atravesando un túnel inclinado que poco a poco va abriéndose paso entre la montaña. La inclinación se siente en el cuerpo y la vista se transforma: el cemento queda abajo y el verde toma el protagonismo.
El funicular parte cada pocos minutos, lo que lo hace práctico para quienes prefieren evitar la caminata o reservar energía para explorar la cima con calma. Es una forma tranquila y pintoresca de ascender, donde el trayecto también hace parte de la experiencia.
Teleférico a Monserrate: una perspectiva distinta de la ciudad
El teleférico es una de las formas más fascinantes de ascender a Monserrate. Desde sus cabinas de vidrio, Bogotá se muestra en todo su esplendor. Los edificios, tejados, cerros y zonas verdes se mezclan en una vista que cambia con cada metro que subes. Por unos minutos, te verás suspendido sobre el bosque que cubre la montaña, con la ciudad desplegada bajo tus pies.
Este trayecto breve no es solo un medio de transporte, sino parte esencial de la experiencia. Ideal para quienes disfrutan de las buenas vistas, quieren tomar fotos antes de llegar a la cima o simplemente prefieren un recorrido dinámico y accesible. Si el funicular recorre el corazón del cerro, el teleférico lo sobrevuela con estilo. Al llegar arriba, el mirador de Monserrate te espera con una postal aún más impactante.
Más allá de su belleza visual, es una experiencia dinámica y accesible. Perfecta para quienes disfrutan de los recorridos cortos con buena vista, o para quienes quieren tomar fotografías antes de comenzar el recorrido por la cima. Sin duda, una opción que convierte el trayecto en parte esencial de la visita.

Qué hacer en la cima de Monserrate: mirador, iglesia y restaurantes con vista
Al llegar a la cima, te encontrarás con una combinación de tradicions religiosas, vistas imponentes y una oferta gastronómica difícil de ignorar.
Lo primero que llama la atención es el Santuario del Señor Caído de Monserrate, una iglesia blanca que domina el paisaje. Construida en el siglo XVII y reconstruida en los años 30, esta basílica es uno de los centros de peregrinación más importantes del país. En su interior se encuentra la icónica figura del Cristo Caído, rodeada de flores, velas y oraciones. Ya sea que vayas por fe o por curiosidad cultural, es un lugar que invita al silencio y la reflexión.
Justo al salir de la iglesia, el mirador de Monserrate se abre como una gran terraza natural sobre Bogotá. Es uno de los puntos más altos de la ciudad accesibles al público, y desde allí, la capital se despliega en todo su esplendor: un horizonte urbano que parece no tener fin, con edificios que emergen entre parques, tejados coloniales y avenidas que serpentean hasta perderse en la distancia.
En días despejados, la vista alcanza incluso los picos nevados del Ruiz y el Tolima, un espectáculo que pocos esperan ver desde Bogotá. El mirador no solo invita a tomar fotos inolvidables, también ofrece una pausa para contemplar el ritmo de la ciudad desde otra perspectiva: más serena, más amplia y profundamente conmovedora.
Y si te da hambre después del ascenso o simplemente quieres disfrutar del paisaje con más calma, en la cima encontrarás restaurantes que combinan cocina típica y vistas inolvidables. Casa San Isidro, de estilo francés y ambiente elegante, ofrece platos internacionales y una cava destacada. A su lado, Casa Santa Clara, en una casona republicana restaurada, sirve delicias colombianas como ajiaco, bandeja paisa o tamal bogotano, perfectos para recuperar energías mientras se contempla el atardecer.
También hay cafeterías y puestos de comida típica donde puedes probar obleas, arepas boyacenses, empanadas y canelazo caliente, una bebida tradicional perfecta para el clima frío de la montaña. No falta el ambiente andino, la música en vivo ocasional y la presencia de artesanías locales.
Excursiones al Cerro de Monserrate desde Bogotá: planifica sin estrés
Si estás de visita en Bogotá y quieres incluir Monserrate en tu itinerario, hay varias formas de hacerlo sin complicaciones.
Muchos viajeros optan por tours guiados desde el centro histórico, que combinan una caminata por La Candelaria con el ascenso en teleférico o funicular. Estos recorridos suelen incluir guía bilingüe, traslados y entradas, lo que evita filas y te permite conocer la historia del cerro en contexto. Es una excelente opción si buscas comodidad y una experiencia más completa.
Si prefieres hacerlo por tu cuenta, es muy fácil llegar en taxi, TransMilenio o apps de movilidad hasta la entrada principal en el Paseo Bolívar. Una vez allí, puedes elegir tu modo de ascenso según el tiempo, el presupuesto y tu estado físico. Solo recuerda verificar los horarios de apertura del sendero y los medios mecánicos, ya que pueden cambiar según el clima o eventos especiales.
Para quienes quieren una experiencia más activa, algunos tours incluyen el ascenso a pie al amanecer, con guía, paradas temáticas y desayuno en la cima. Es una forma distinta de vivir el cerro, con menos gente, luz dorada y una Bogotá que se despereza desde abajo.
También hay excursiones nocturnas los fines de semana, cuando Monserrate se ilumina y la ciudad brilla como un cielo invertido. Es un plan romántico, ideal para parejas o para cerrar el día con un toque mágico.
Sea cual sea tu estilo de viaje, lo importante es llevar ropa cómoda, una chaqueta para el frío, buen calzado y la cámara lista. Monserrate no es solo un cerro: es un punto de encuentro entre la historia, la espiritualidad y la belleza de Bogotá.