La Hacienda de Molinos es la posta obligada en la vuelta a los Valles Calchaquíes.
La antigua casona del Siglo VII, residencia del último gobernador realista en Salta, ha sido restaurada manteniendo cada uno de los detalles de la arquitectura de la época colonial.
El patio del molle, los gruesos muros de adobe, las rejas de hierro y los techos construidos con vigas de algarrobo y cañizo, son sólo algunos encantos del hotel, que imponen su carácter remontándonos al pasado.