Hoy comenzaremos
nuestra experiencia saliendo del hotel para adentrarnos en esta ruta los
llevará a conocer más acerca del patrimonio
cultural, agrícola y religioso de Chiloé,
al recorrer los poblados de Dalcahue, Curaco de
Vélez y Achao, donde visitaremos iglesias Patrimonio de la Humanidad,
pequeños pero interesantes museos, una gastronomía
típica y la feria artesanal de Dalcahue, conocida por albergar productos
100% chilotes y considerada una de las
más importantes del archipiélago.
Introduciéndonos por
caminos secundarios podremos entender por qué la FAO ha reconocido a Chiloé
como un Sitio Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), trabajo de
muchas generaciones de agricultores que desarrollaron prácticas ingeniosas para
el uso y conservación de los recursos naturales. Un ejemplo es el cultivo de
más de 200 variedades de papas nativas.
En Dalcahue
visitaremos su pueblo además de su típica feria
artesanal y su Iglesia,
la cual fue declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Luego cruzaremos a
la Isla Quinchao a través de un
transbordador. Pasaremos por Huyar y Curaco
de Vélez, donde podemos conocer más sobre su historia, sus poblados
rurales, arquitectura, religiosidad y folklore.
Continuaremos nuestro
viaje visitando Achao, un pueblo
rodeado de cerros y construido frente a una playa poco profunda. Este pueblo es
muy visitado por los habitantes de las islas menores ya que es el principal
pueblo fuera de la Isla Grande.
Aquí podremos conocer
la interesante arquitectura, la cual
es bastante particular ya que sus casas se revisten de tejas, las cuales
adoptan múltiples formas. Aquí se encuentra la Iglesia Santa María de Loreto de Achao, declarada Patrimonio de la
Humanidad. Es la iglesia más antigua de Chiloé.
También
visitaremos Villa Quinchao, donde
encontraremos la más grande de las iglesias tradicionales chilotas y luego
llegaremos al extremo de la isla hasta el sector de Chequian.
Durante el recorrido
también tendremos la oportunidad de compartir un rico y típico almuerzo con una
familia local.
Finalmente, y
dependiendo de la época del año, nos detendremos en alguno de los miradores que
nos ofrece la ruta, para apreciar algunas aves residentes como los cisnes de
cuello negro y diferentes especies de cormoranes y algunas aves migratorias,
entre las que destacan el zarapito de pico recto (entre noviembre y marzo) y el
atractivo Flamenco chileno (entre mayo y agosto).
Una hermosa
experiencia cultural que nos acerca a las tradiciones y vida local.
¡No te lo puedes
perder!